Los primeros pasos hacia el nuevo endeudamiento argentino se dieron mediante un canje de bonos que estaban en poder del Banco Central para ponerlos en el mercado, ofreciendo importantes tasas de interés.
Varios de los bancos que «colaboraron» con la operación participaron del tristemente célebre «megacanje» por el que están procesados Sturzenegger (actual presidente del Banco Central) y otros funcionarios.